viernes, 3 de abril de 2009

EL CAMINO DE SANACIÓN

La vida no siempre es fácil.. Arrastramos muchas cargas del pasado, heridas causadas en la infancia y que por pura supervivencia han sido reprimidas y guardadas en el incosciente, sentimientos de abandono, de no haber sido amados y atendidos como hubiéramos deseado,vivencias traumáticas, separaciones o ausencias forzadas...
La mayoría de las veces, vivimos muchos años sin sospechar la existencia de esas heridas de la vida... Se asoman a veces en formas de reacciones desproporcionadas, o tristezas inexplicables o miedos irrazonables... como leves intentos de rascar un poco la capa que las separa del mundo consciente hasta que en algún momento u otro, pro una u otra causa, aflora el dolor con toda su carga invalidante.
Parece que el mundo psicológico está de acuerdo en que nuestro mundo"consciente" sólo abarca un 10% y el inconsciente el restante 90%.¿No es bastante desproporcionado?
Por lo tanto, si todo aquello que produce dolor tiene su origen en las heridas y traumas que yacen desde siempre en ese mundo inconsciente, evidentemente, hay que adentrarse en él para llegar al conocimiento y a la comprensión de las causas para que luego pueda darse una sanación y una liberación en la persona. Muchos psicólogos, psiquiatras y terapeutas nos podrán tratar, pero ninguno de ellos tendrá el poder y la ciencia suficiente como para adentrarse en ese vasto mar del inconsciente para sacar a la luz los recuerdos reprimidos, las heridas sangrantes mal curadas, las ausencias no asistidas, los miedos no consolados, las faltas de amor no abrazadas...
Pues este está siendo otra de las joyas que estoy puliendo en este tiempo de gracia:la ruta hacia la sanidad interior. Algunas luces en este camino están siendo:

"Aún lo que está recubierto y tapado será purificado y restaurado por la sabiduría divina" (Salmo 50)
"Mi alma aguarda al Señor, mi alma espera en su palabra, mi alma aguarda al Señor porque en El está la salvación.... Todas las vidas son mías, la vida del padre como la del hijo. El hijo no cargará con la culpa del padre ni el padre con la del hijo" (Salmo 129)
"Ten confianza en yahveh, crece en paz, ten tus delicias en El y te dará lo que te pida tu corazón. Pont tu suerte en Yahveh, confía en El que El obrará (Salmo 36)
"Vacía tu corazón de temores ignorantes. Yo todo lo puedo..."
"El sana los de roto corazón y venda sus heridas "(Salmo 147)
Dios es nuestro Creador. Solo El conoce la complejidad de nuestras emociones, sentimientos y angustias. Sólo El puede entrar en las profundidades últimas del ser donde nadie más puede acceder y solo en El puede estar la sanidad de las heridas porque "por sus llagas fuimos nosotros curados"

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores ;y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53.4-5)

Yo sólo debo confiar plenamente, cada día más en El... y dejarme hacer, dejarme sanar, dejarme amar por ese Amor que todo lo cura , lo libera y lo plenifica.


RECIBE MI BIEN, RECIBE MI SANACIÓN

4 comentarios:

Soy la que soy dijo...

Has elegido a la perfección los Salmos que te pido prestados hoy para irme a dormir.

Cren en Jesús, y me gusta admitirlo. Creo en su palabra, en su mano amiga y en su amor sin condiciones.

Pero creo, sobre todo, en su capacidad para sanar-me.

Besos Dove.
Precioso post.

Susana Vera-Cruz dijo...

Mi querida Dove, asì como inicias tu post, es tal cual como muchos de nosotros venimos cargando desde la infancia, tremendas cruces.
Producto de nuestros padres, de su enseñanza e incluso de alguna violencia fìsica.

Esto aflora de alguna manera, en algùn momento de nuestras vidas porque nunca se sanaron, nunca se conversaron, nunca se limpiaron.
Solos, cuesta mucho màs.

Por lo mismo creo que es necesario conversar, desahogarnos con àlguien de confianza que nos entienda , pero que no nos juzgue, pues al fin y al cabo, todo lo que hicimos mal, es un reflejo de lo que asimilamos, de lo que venimos arrastrando por años.

Sanar el alma, tiene un poder tremendo, pero se tiene que hacer con muchìsima perseverancia y tranquilidad ,pues cualquier indicio de renuncia,lo ùnico que lograrà es devolvernos otra vez al punto cero.

Dios , nuestro Padre Santìsimo, siempre estarà abrazàndonos, cuando nos entregamos a El.
Hagàmoslo sin miedo y veremos como vamos sanando tantas heridas.

Besitos mi niña , se te extraña por mis mundos.

Susana-Agualuna

Soy la que soy dijo...

Imagino que algo andas sanando.

Mi recuerdo para ti.

Feliz Pascua.

Dove dijo...

Qué bueno contar con personas que te hacen sentir que eres comprendida en lo más íntimo de las experiencias de la vida...
Solo puedo decir gracias una vez más...