miércoles, 20 de abril de 2011

PURA CONFIANZA


"Por lo tanto confiaré en El. Sea lo que sea y esté donde esté, nunca puede ser desechado. Si estoy enfermo, mi enfermedad puede servirle.
Si estoy apenado, mi pena puede servirle.
Si estoy perplejo, mi perplejidad puede servirle.
Mi enfermedad, perplejidad o pena pueden ser causas necesarias de algún fin más grande que está más allá de nosotros.
El no hace nada en vano, puede prolongar mi vida, y puede acortarla.
El sabe lo que hace, puede llevarse a mis amigos.
Puede lanzarme entre extraños. Puede hacerme sentirme desolado.
Puede hacer que mi ánimo se hunda. Puede ocultarme el futuro.
Pero aun así, El sabe lo que hace"

-J. H. Newman-

martes, 15 de marzo de 2011

REZANDO VOY

El pasado miércoles de ceniza se puso en marcha una propuesta muy interesante :
una página que puede ayudar a quienes quieran en su oración diaria. Está muy bien hecha, de muy buenas fuentes y creo que merece la pena que se le de difusión. nos ayudará en nuestro particular camino de cuaresma.
La página es : www.rezandovoy.org
y así se presenta :

"Rezar requiere espacio, tiempo, escucha. A menudo, en lo cotidiano, no abunda ninguno de esos tres ingredientes. Y, sin embargo, aprender a buscar a Dios en medio del día a día es urgente… Rezandovoy hereda la idea de los jesuitas ingleses en www.prayasyougo.org. Ofrecer cada día, de lunes a viernes, una oración en audio, de poco más de diez minutos, para que la puedas descargar y llevar contigo, en tu reproductor de mp3, Ipod, o laescuches desde el mismo ordenador…

A veces parece que para rezar hacen falta unos requisitos exigentes.Parece que necesitamos estar tranquilos, tener un largo rato para dedicar a hacer silencio y a serenar el ánimo. Parece conveniente buscar un espacio vacío, de quietud, y si además hay algún icono, vela, símbolo que nos ayude a disponernos, solo entonces podemos comenzar… Sin embargo, la realidad, en muchas ocasiones, nos demuestra que no es posible reunir todo eso. Vivimos deprisa, nos movemos de un lado a otro, en contextos poblados por imágenes, ruido, idas y venidas… ¿Es posible intentar rezar ahí? Creemos que sí, porque a Dios se le puede buscar entre los pucheros, decía Santa Teresa, y entre los mil quehaceres de un mundo veloz, decimos nosotros hoy. Por eso, rezandovoy sepuede utilizar en mil circunstancias: al caminar hacia la facultad o hacia el trabajo, en ese rato diario que uno tiene que pasar en el coche o el autobús, mientras cocinas, mientras haces un parón en mitad de la mañana o de la tarde, a primera hora del día o al finalizar la jornada.

Un rato de oración que incluye textos de la Escritura, música, cantos,silencio y preguntas para la reflexión. Para ir dejando, día a día, que el Evangelio inspire la propia vida. Detrás de esta iniciativa está la Compañía de Jesús en España, y un gran equipo de personas, hombres y mujeres de diversas edades, orígenes, lugares y sensibilidades… Gente que prepara los textos, gente que los graba, autores y discográficas que ceden los derechos para el uso de su música, la oficinapastoralsj (www.pastoralsj.es), que está llevando a cabo el proyecto…

A partir del 9 de marzo de 2011 (miércoles de ceniza) el proyecto estará lanzado. Gracias por uniros a esta iniciativa. Gracias por darlo a conocer, entre vuestras gentes, instituciones, en vuestros boletines, revistas, páginas web… Y gracias por compartir la fe, buscando juntos hacer del evangelio la lógica queilumine este mundo. Que de eso se trata.
"

martes, 8 de febrero de 2011

DEJAR IR LA CULPA

Sentirnos bien con nosotros mismos es una elección que hacemos. Lo mismo ocurre con el hecho de sentirnos culpables. Cuando el sentimiento de culpa es legítimo, actúa como una señal de advertencia, indicando que nos hemos salido del camino. Y ahí
termina su propósito.
Revolcarnos en la culpa les permite a los demás controlarnos. Provoca que no nos sintamos tan buenos. Nos impide fijar límites y tomar algún otro curso de acción sano para cuidar de nosotros mismos.
Podemos haber aprendido a sentirnos culpables habitualmente, cono una reacción instintiva a la vida. Ahora sabemos que no necesitamos sentirnos culpables. Aunque hayamos hecho algo que viole un valor establecido, el sentimiento prolongado de culpa
no soluciona el problema sino que lo prolonga. Así que, mejor repara el daño. Cambia una conducta y, luego, deja ir los sentimientos de culpa.
Hoy me dispongo pues, por completo, a dejar ir los sentimientos de culpa, apartarlos de mí y reemplazarlos con amor a mí mismo.

domingo, 6 de febrero de 2011

TEMPLOS DE DIOS


"Un cristiano es un tabernáculo del Dios vivo. Él me ha creado, me ha escogido, ha venido a habitarme, porque tenía necesidad de mí. Ahora que habéis aprendido cuánto os ama Dios ¿hay algo que sea más natural para vosotras que pasar el resto de la vida en irradiar este amor?
Ser verdaderamente cristiano es acoger plenamente a Cristo y llegar a ser otro Cristo. Es amar como somos amados, como Cristo nos ha amado en la cruz.»
Madre TEresa de Calcuta

miércoles, 26 de enero de 2011

TIEMPO DE PODA


El otro día estando en oración, me vino al pensamiento que el día anterior había visto a los obreros del ayuntamiento podar los árboles que están delante de mi casa. En ese momento pensé que siempre me había dado pena este tiempo: me gustan los árboles frondosos, me encantan con mucha hoja, esos que dan una fresca sombra en momentos de calor. Y veía cómo esos árboles que aparentemente no tenían necesidad de ningún recorte, perdían sus hojas y sus ramas bajo las motosierras de los obreros. También se me pasó por la cabeza que sería buen momento para podar los geranios de mi balcón, que estaban ya un poco castigados por los fríos del invierno y también, la verdad, porque al no salir tanto fuera por el tiempo, les hago menos caso. Y entre esos pensamientos se me iba pasando el rato de oración (así ando muchas veces... voy y vengo entre mis distracciones, con lo que me cuesta centrarme...)
A veces, si durante la oración he tenido algo insistentemente rondando en la cabeza, me gusta anotarlo en el cuaderno o agenda (siempre a mano... –ya lo sabe más de uno...-) por si a lo largo del día, o de la semana, vuelve a aparecer con otra forma o en otro sitio y me puede sugerir algo que me pueda despertar. Esa mañana solo puse: “Tiempo de poda”.
Me quedé en ello un rato más trasladando el tema al apartado espiritual. Se me sugería (seguro que era el Señor) cómo nos cuesta también a nosotros “dejarnos podar” de nuestras cosas. Porque molesta y duele. Y preferimos a veces, mantenernos con las ramitas y las hojitas un poco más frágiles, a lo mejor con menos fuerza y brillo, con tal de no pasar por la molestia y el dolor de los tajos. Y sin embargo, qué diferencia, después en el tiempo de florecimiento o de recolecta entre las plantas que han sido podadas y las que no.
Alguien pensará que cada cual ya ha tenido buenos tiempos de poda en su vida y que ya vale... pero los árboles también a pesar de haber sido podados años anteriores sufren nuevas podas todos los años. O sea que, una poda nunca es definitiva.
Hoy, cuando leía unas hojas que tenía atrasadas, en medio del tema sobre el cual iba tratando la lectura, empieza de repente a utilizar el ejemplo de la poda para llegar a lo que quería llegar a expresar. Y a mí, la antena se me ha disparado, claro: “La poda...” Pues sí, hablaba sobre ello, sobre la importancia de una buena poda para poder dar buenos frutos en la viña del Señor.
Pues sin más, dejo mis comentarios y escribo lo que ponía sobre ello que siempre será más interesante que las reflexiones raquíticas que yo pueda hacer. Está basada en el capítulo 15 de San Juan, 1-8, “Yo soy la verdadera vid...” y comenzaba diciendo:
“Cada árbol se conoce por sus frutos. Un árbol bueno no puede dar frutos malos y viceversa. El fruto no es el resultado desnaturalizado del árbol sino algo natural. Los buenos frutos son los mejores indicadores de que estamos injertados en el árbol del Señor. El Señor menciona 6 veces en 8 versículos que espera de nosotros frutos.
Pero para poder dar frutos es necesaria una desagradable operación que consiste en “dejarse podar”. La poda no corta al sarmiento sino algo del sarmiento. Quien no se deje podar terminará sin dar fruto. Es necesario pasar por períodos en los que el Señor nos pode. Es muy bonita la imagen, y hasta lo pedimos en momentos de devoción, pero cuando le vemos llegar con las tijeras.... Y es que el Señor nos poda en la carne, en nuestra humanidad, en nuestras ilusiones, pretensiones, alegrías humanas y en tantas otras cosas que nos duelen.
Acordaos de la parábola de la higuera: “un año más, Señor, espera un año más. Voy a cavar a su alrededor, abonarla y a regarla con cuidado, la mimaré con todo cariño”...
No debemos tener miedo porque tenemos un Paráclito que intercede ante el Padre. El Señor solo quiere podar y sulfatar. A una planta no le debe gustar que le echen los venenos del sulfato pero a pesar de lo desagradable de la operación sale ganando porque mueren los bichos que le hacen daño.
¿Qué es lo que necesita hoy ser podado en tu vida?
Sí, son buenos los tiempos de poda y purificación sufridos en nuestra propia carne, en nuestra humanidad. Es cuestión de dejarse hacer. Podemos pedirle al Señor en oración: “Señor, corta mi orgullo, mi crítica, mi falta de aceptación, mi falta de caridad, mi egoísmo, mi templanza, mis huidas....” Y la operación será dolorosa. Pero la poda solo tiene sentido en orden al amor, al vivir en comunidad, a la entrega y en general a todo lo que se refiere a dar frutos.
Hoy nos conviene recordar los últimos capítulos de Gálatas. En el capítulo 5, 16 nos dice: “Yo os digo, si vivís en el Espíritu no daréis satisfacción a las obras de la carne: lujuria, idolatría, enemistades, contiendas, celos, animosidades, rivalidades, sectas, envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes”.
“En cambio, el fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, comprensión, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí.” Contra tales cosas no hay ley, es decir, cuando actúa el Espíritu no necesitamos leyes.
Y yo me pregunto: en mi sarmiento ¿cuáles son las obras de la carne? ¿Qué es lo que está por podar hoy? ¿Qué indicadores de esos que menciona Pablo se dan hoy en mí?