sábado, 29 de noviembre de 2008

SI NO PUEDES

Si no puedes ser pino de la cumbre
sé la mata del valle, la más linda
de las matas que van junto al arroyo;
Si no llegas a arbusto, sé la hierba
que al camino feliz y humilde vista.

De no ser almizcleña, sé la atocha
que entre todas el lago más estima.
Tripulantes, si no los capitanes
que un lugar siempre guárdanos la vida,
hay que hacer cosas grandes y pequeñas,
pero siempre ha de hacerse la más chica.

De no ser el camino, sé el sendero,
si no el sol, sé la estrella que titila,
no busquemos tamaño en la pelea
sino ser el mejor en nuestras filas.
(Douglas Malloch)

martes, 18 de noviembre de 2008

RIQUEZAS DE PRIMERA O DE SEGUNDA...

A estas alturas ya nadie duda de que vamos hacia un tiempo de más estrecheces. Las vacas gordas pasaron a la historia y parece que para todos llegó el tiempo de apretarse el cinturón (aunque los pobres se quedaron sin agujeros que apretar hace mucho tiempo).
Primero le llegó el agua al cuello a las clases medias; hoy, hasta los más derrochones se ven obligados a mirar el euro.
¿Es esto una desgracia? Lo es, desde luego, para cuantos pasan hambre.
Pero yo me pregunto si unos ciertos grados de estrechez no serán un don para el mundo y no nos empujarán a descubrir todas esas otras fortunas baratísimas que hoy tenemos medio olvidadas.
Porque -aunque de esto apenas se hable- hay riquezas carísimas y riquezas baratas. Y sería dramático que mientras la gente se pasa la vida llorando por no poder alcanzar los bienes caros, se dejasen de cultivar los que tenemos al alcance de la mano.
La más grande y barata de las riquezas es, por ejemplo, la amistad. Una buena amistad vale más que una mina de oro. Sentirte comprendida y acompañada es mayor capital que dar la vuelta al mundo. Un corazón abierto es espectáculo más apasionante que las cataratas del Niágara.
Alguien que nos ayude a sonreír cuando estamos tristes es más sólido que mil acciones en bolsa.
¡ Quién sabe si cuando todos vayamos siendo pobres descubriremos mejor esa propiedad milagrosa de la amistad con la que no contábamos!
También se puede ser gratuitamente millonarios de sol, de aire limpio, de paisajes. Hace falta dinero para hacer un safari por Africa Central, pero no hace falta una sola moneda para acariciar la cabeza de un perro y ver cómo levanta hacia nosotros sus ojos agradecidos...
Y ¿quién podría asegurar que una cena de gala en el Waldorf Astoria produce mayor gozo que una tarde de primavera bajo la sombra de un sauce?
¿Y el placer milagroso y baratísimo de la música? Lo que en el siglo XVIII
no podían permitirse ni los emperadores lo tenemos ahora a diario. ¿Y qué mina de diamantes me haría tan fabulosamente rico como el poder tener en mi oído y en mi alma el concierto de violoncello de Schuman o las vísperas de Monteverdi?
¿Desde cuándo un coche, un apartamento, una vuelta al mundo, un abrigo de visón pueden producir la centésima de placer verdaderamente humano que aportaría un solo buen poema?
Nos han engañado, amigos. Nos han estafado acostumbrándonos a creer que es el estiércol del dinero y del lujo la verdadera moneda de la felicidad. Nos han empobrecido diciéndonos que el mundo sería menos mundo cuando estuvieran más flacas nuestras cuentas en el banco.
Nos han conducido a equivocarnos de piso, a dejar en las arcas del olvido las riquezas de primera, creyendo que existen sólo las riquezas digestibles. Hay tesoros baratos y casi nadie lo sabe.
Hay multimillonarios que gastan la vida en llorar por creerse pobres. Y yo me pregunto si un poco de estrechez no serviría para abrirnos los ojos. Y, la verdad, no me preocuparía que en el mundo que viene tuviéramos que apretarnos un poco el cinto a cambio de que aprendiéramos a estirar el alma.
Adaptado de Martín Descalzo

domingo, 16 de noviembre de 2008

jueves, 13 de noviembre de 2008

QUE DESASTRE!!!

¡¡Ya veis qué desastre acabo de cometer...
Tratando de arreglar el desasguisado de mi blog, lo de la barra lateral y todo eso,
he accedido al blog de Ferípula y pensando que cambiando de plantilla quizá se arreglara mi problema, he comenzado a hacer cambios, guardar plantilla, elegir una nueva, etc.... y al final, he pulsado algo, creo que que "recuperar plantilla clásica" o algo asi y me ha salido este desastre que ahora no lo puedo cambiar.
Me he cansado ya de seguir intentando enmendar así que a menos que en otro momento me sienta más inspirada y vuelva a intentarlo así quedará. La verdad es que no me inspira nada y acabaré abandonándolo todo...
¡¡¡ESTOY AGOTADA!!!

lunes, 10 de noviembre de 2008

Soledad sonora

"Silencio elegido" se llama uno de los más bellos libros del trapense Thomas Merton. En él habla del silencio como fecundidad, como lugar de reencuentro con la verdadera humanidad.
Porque, efectivamente, si a muchos la soledad les volvió desgraciados, no hay un solo genio en la humanidad que no haya plantado las raíces de su grandeza en largos períodos de intensa soledad.
Tiene razón Sterne al asegurar que "la mejor nodriza de la sabiduría está en la soledad".
Sólo en la soledad se acrecienta el alma y es en ella donde con más fuerza se puede oír la voz de Dios.Pobre de la persona que necesite llenar su vida de ruidos y palabras.
Hay mucha gente que tiene, efectivamente, pánico al silencio: al entrar en casa lo primero que hace es girar el botón de la radio o encender el televisor, porque necesita, al menos, esa presencia de las ondas o las imágenes para no sentirse asfixiado de silencio. Y con frecuencia llenamos nuestras casas de perros o de gatos porque no sabemos vivir y dialogar con las personas. ¿O es que nos disgusta tanto a nuestra propia compañía que no soportamos vivir con ella?Y, sin embargo, hay una "soledad sonora" en la que todo habla al alma, que sabe descender a ella para encontrarse con la propia verdad.
Pero, digámoslo en seguida. esta soledad elegida es un arte muy difícil, con frecuencia su aprendizaje exige una vida entera.
Por de pronto es ésta una soledad que no sirve para el olvido, ni puede surgir de un simple desengaño. Huir a la soledad es profanar la soledad y engañarse tontamente. Porque "el que en ella busca olvido sólo acrecienta el recuerdo", como escribe Fuiler.
¡Tanta gente que "se refugia" en la soledad encuentra únicamente en ella sus vagabundeas mentales! Ir al silencio para remasticar nuestros fracasos o lamer nuestras heridas no es una solución.
En realidad, "en la soledad se encuentra lo que a la soledad se lleva", que decía Juan Ramón Jiménez.
Un alma pobre en el ruido se encontrará con su pobreza en el silencio. Hay
demasiadas personas que creen que resolverán sus problemas cambiando de lugar de
residencia, o de trabajo, o de compañías.
No se va a la soledad para quedarse en ella: se va para regresar de ella más abierto y abundante en cosas que dar y que ofrecer. ¡Qué pobres los que cuando están en la soledad están solos!
El más solitario de los cartujos, o está "sirviendo" a alguien (a Alguien,
con mayúscula, o a sus hermanos, con minúscula) o es una vida perdida.
Maupassant decía que "cuando estamos demasiado tiempo solos con nuestros propios problemas nuestro espíritu se llena de fantasmas".
Sólo se puede estar solo cuando se está, en la soledad, con los demás en el corazón. La soledad no es un bien en sí. Es un bien "para algo" y "para alguien", es un solar sobre el que construir mejor la propia alma o una huerta para
producir frutos que otros puedan comer.
Adaptación de Martin Descalzo

miércoles, 5 de noviembre de 2008

¿QUIERES SER ESTRELLA?


Estrella...
¿No has pensado nunca en ser "estrella" y brillar para los demás?
Algo así como vivir en un mundo nevado,
en un paisaje navideño para encauzar
los pasos de tantos reyes magos
que andan por estos mundos de Dios
rastreando la felicidad.
¿Yo, estrella? ¿Por qué?
Mejor pregúntate:
¿Para quién?
¿Qué hay "dentro" de la estrella?
¿Quién enciende su fuego? ¿Quién habla entre sus llamaradas?
¿Qué susurra su voz que atraviesa universos?
Si de verdad quieres convertirte en estrella sólo necesitas dos ingredientes:
LUZ Y CALOR.
La estrellitis es una enfermedad saludable que suministra luz y calor.
Luz para las inteligencias y ráfagas de amor para los corazones.
Se trata de aportar luz para las mentes y las conciencias.
Requiere arder en la verdad y repartir sus llamaradas a los cuatro vientos.
La estrellitis contagia también su calor. Su luz abrasa. Sus pupilas animan.
Sus manos secan las lágrimas más amargas.
Si ante el dolor y la injusticia has sentido frío y calor a un tiempo,
como cuando se tiene fiebre,
es el mejor indicio de que ya has comenzado a ser estrella para los demás.



"Nadie enciende una luz y la cubre con una vasija o la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz. "
(Lucas 8:16)