
Un día, mientras dormía en una cueva, soñó que veía su propio cuerpo durmiendo. Salió de la cueva. Era una noche de luna llena. El cielo estaba despejado y vio una infinidad de estrellas. Entonces, algo sucedió en su interior que transformó su vida para siempre. Se miró las manos, sintió su cuerpo y oyó su propia voz que decía : “Estoy hecho de luz; estoy hecho de estrellas”.
Miró al cielo de nuevo y se dio cuenta de que no son las estrellas las que crean la luz, sino que es la luz la que crea las estrellas."todo está hecho de luz y el espacio de en medio no existe". Y supo que todo lo que existe es un ser viviente y que la luz es la mensajera dela vida, porque está viva y contiene toda la información.
Entonces se dió cuenta de que, aunque estaba hecho de estrellas, él no era esas estrellas."Estoy en medio de las estrellas" pensó. Y supo que lo que creaba la armonía y el espacio entre ambos es la Vida. Sin Vida nada existe. La Vida es la fuerza de lo absoluto, lo supremo, la Creadora de todas las cosas.

Este descubrimiento cambió su vida. Una vez supo lo que en verdad era, miró a su alredero y vio a otros seres humanos y al resto de la naturaleza y le asombró lo que vio. Se vio a sí mismo en todas las cosas : en cada ser humano, en cada animal, en cada árbol, en el agua, en la lluvia, en las nubes, en la tierra... y vio que había millones de manifestaciones de Vida.
En esos instantes comprendió todo. Se sentía entusiasmado y su corazón rebosaba paz.
Estaba impaciente por revelar a su gente lo que había descubierto. Pero no había palabras para explicarlo. Intentó describirlo pero no lo entendían. Veían que había cambiado, que algo muy bello irradiaba de sus ojos y de su voz. Comprobaron que ya no emitía juicios sobre nada ni nadie. Ya no se parecía a nadie.
El les comprendía muy bien a todos, pero a él nadie le comprendía. Creyeron que era una encarnación de Dios. Al oírlo , él sonrió y dijo: "Es cierto. Soy Dios. Pero vosotros también lo sois.Todos somos iguales. Somos imágenes de luz. Somos Dios".
Pero la gente segría sin entenderle. Y comprendió que todos soñaban pero sin tener conciencia de ello, sin saber lo que realmente eran. No podían verse a ellos mismos en él proque había un muro de niebla o humo entre los espejos. Y ese muro de niebla estaba construido por la interpretación de las imágenes de luz.
La materia es un espejo y el humo que hay en medio es lo que nos impide saber qué somos. Ese humo es el Sueño y el espejo eres tú, el soñador.